 |
| Malancrav |
El viajero sigue en Transilvania, dejamos Sighisoara y partimos dirección a Sibiu. A unos 13 km de nuestra partida nos encontramos con uno de los pueblos sajones mejor conservados de Transilvania y donde más población alemana aún hoy vive. Por lo tanto seguimos por los pueblos sajones. Estos «sajones» llegaron en realidad desde Luxemburgo y la región del Mosela. La leyenda cuenta que descendían de los habitantes de Hamelín, cerca de Hamburgo, a los que sedujo la melodía del famoso flautista, quien les hizo abandonar sus casas. Pero no cabe duda de que hablaban con un marcado acento luxemburgués.
La endogamia de estos alemanes fue absoluta hasta, como mínimo, el siglo XX. Vivieron apaciblemente durante muchas generaciones en sus hermosas aldeas antiguas,
 |
| Iglesia fortificada |
ligeramente curvilíneas y en tranquilos valles, cuya característica más interesante era una iglesia protegida por una fuerte muralla defensiva. Estas iglesias suelen ser de una belleza exquisita como estamos comprobando. Por eso nos encontramos en la iglesia de Malancrav.
 |
| Crucero |
Posee un fascinante retablo renacentista (del año 1520, aproximadamente) y un original
 |
| Frescos |
 |
| Frescos |
friso de escenas sagradas que probablemente se diseñó a finales del siglo XIV. Aparte de las imágenes que describen el calvario de Cristo y la historia de Judas, hay allí un relato dedicado a San Jorge y el dragón. Las iglesias se construían para los católicos, pero los luteranos se apropiaban fácilmente de ellas.
Luego de visitar el interior nos encaramamos al la torre, donde subimos escalones y escalones hasta llegar al último campanario. Siguiendo con la historia de los sajones en
 |
| Torre |
Transilvania, después de su estancia de 800 años en Transilvania —o en Hungría y Rumanía— la mayoría de los sajones volvió a «casa», al país de origen de sus antepasados lejanos. No cabe duda de que, en parte, tomaron esa decisión por los
 |
| Entramado de escaleras |
durísimos castigos que les impusieron los rusos después de 1945, cuando muchas personas inocentes fueron enviadas a campos de trabajos forzados en la Unión Soviética. Los rumanos y los gitanos ocupan ahora su sitio. Sigue siendo característico de estos pueblos que las largas listas de hombres muertos en las dos guerras mundiales combatiendo por Austria-Hungría o Alemania vayan acompañadas de una tercera lista, la de quienes murieron entre 1945 y 1953 en los campos de trabajo rusos.
 |
| Campanas |
Las aldeas siguen teniendo un carácter especial. La agricultura es simple y tradicional. Los caballos se usan constantemente. Las casas de campesinos pintadas con colores brillantes están preparadas para guardar el ganado que entra y sale a primera hora de la mañana y al anochecer, con la misma regularidad que los trabajadores de una oficina. Por lo general, las casas no tienen suministro de agua corriente, pero sí pozos. Las bombas, con sus cubos oscilantes, situadas en el centro de los pueblos, dan la impresión de llevar miles de años usándose. La sensación de paz es extraordinaria. Oímos el ruido constante de los caballos trotando entre una aldea y otra, ya sea de uno en uno o en grupos de dos. Como el uso de los fosfatos ha sido mínimo, las mariposas, los pájaros y las flores silvestres típicas están por todas partes. Las flores silvestres en particular son extraordinariamente diversas y hay muchas que están bastante olvidadas en el resto de Europa.
Para proteger el legado de estos pueblos sajones, se ha creado una fundación que ha
 |
| Pueblo con sus casas alineadas |
ideado un «proyecto de pueblo integral» que ha obtenido el reconocimiento internacional, en parte por el interés que ha mostrado por él el príncipe Carlos, quien ha comprado una pequeña casa en la encantadora al lado de la Iglesia fortificada de Malancrav y se ha
 |
| Casa del Principe de Gales |
convertido en patrocinador. Su apoyo ha tenido un efecto mágico y ha sido muy útil para animar a quienes han dedicado tiempo y esfuerzo al ambicioso proyecto.
El viajero finalmente continua su camino hacia otra iglesia fortificada, pero eso será ocasión para otro día.
Comentarios
Publicar un comentario