Nájera cuna de Reyes

Nájera, municipio riojano; enclave por donde fluye el Camino de Santiago. Situada al pie de la Peña
Malpica, un monte de piedra caliza rojiza que envuelve a la ciudad. Está atravesada por el río Najerilla. Es un importante centro comarcal de actividad comercial, y era especialmente intensa las fábricas de muebles de las que llegaron a existir una veintena.


El monumento más importante e imprescindible de Nájera es el Monaterio de Santa María la Real, fundación real hecha por el rey Don Garcia de Nájera en honor de la Virgen de Santa María. Según la leyenda gracias a su intervención obtuvo la victoria sobre los árabes en Calahorra. Cuenta con un
magnífico claustro de los Caballeros del siglo XVI donde se combinan los estilos góticos platerescos y renacentista. En el panteón de los reyes descansan los restos de Blanca de Navarra, los duques de
Nájera y Diego López de Haro. La Iglesia es gótica, construida sobre los restos del anterior templo románico, consta de tres naves, crucero y torre a los pies. en la nave central se encuentra el coro con
una maravillosa sillería, del gótico florido. Al final de la nave central se halla la cueva de de Santa María La Real, excavada en la roca, donde según la leyenda el rey García de Nájera encontró la imagen de la Virgen. El monasterio fue utilizado durante el siglo XIX como cuartel de infantería, teatro, depósito de obras públicas y almacén hasta que en 1889 se declaró monumento nacional.

Justo enfrente nos encontramos el Monasterio y la Iglesia de Santa Cruz, que es del año 1611 que consta de tres naves y once altares. En enfrente observamos sobre el Monte Malpica las ruinas del
castillo de la Mota, que fue destruida durante las guerras de los comuneros. Otro sitio interesante es el pequeño Museo Arqueológico Najerillense que se encuentra al lado del Monasterio de Santa María La Real, en lo que fue la Antigua Cárcel de la ciudad. En sus puertas aún se conserva inscripciones de los presos. Antiguamente era la botica del Monasterio y estaba unida a ella. La antigua botica fue
comprada en 1921 por una farmacéutica catalana y allí se la llevaron al Museo Cusí de Farmacia. La amable encargada del Museo explica a los visitantes la historia del edificio y los fondos con los que cuenta.

Finalmente pasear y deambular por su caso histórico es una delicia.



















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