Palatul Parlamentului. Bucarest
Tiempo habrá de visitar detenidamente la capital rumana Bucarest, pero vamos a reseñar uno de sus monumentos más conocidos, tanto por lo grande que es, como por el odio que le tuvieron todos los habitantes de estga ciudad. El denominado actualmente Palacio del
Parlamento. Este edificio el segundo más grande del mundo de usos administrativos sólo detrás del Pentagono, es una obra faraónica de 12 plantas en la superficie y otras tantas dicen en el subterráneo, donde hay galerías que lleva a un bínker antinuclear. Tiene 64.800 metros cuadrados y más de 440 habitaciones. Vestíbulos enormes y faraónicas salas.
En su principio se llamó la Casa del Pueblo, la idea loca del dictador Ceauçeascu, que lo empezó en el año 1982 con la idea de tener en un sólo edifico controlado a todos los funcionarios y ministerio bajo la fécula de la polícia secreta la "securitate". El edifico representa la megalomanía y el culto a la personalidad del dictador. Se terminó en sólo cinco años, y movilizó una enorme cantidad de recursos económicos y humanos. Mientras la población pasaba verdadera escasez. Esta construido con criterios antisísmicos y trabajaron en él casi 20.000 obreros y más de 400 arquitectos. Por todo ello es un edificio mal visto y odiado por parte de los habitantes de la capital.
Después de la llamada por los rumanos "revolución de 1989" que terminó con la eliminación del dictador, los nuevos responsables políticos nos supieran que hacerr con él. Desde 2005 se establecieron las dos cámaras políticas de Rumanía en él, y otro ala un interesante e importante Museo Nacional de Arte Contemporáneo. Ahora incluso sus cientos de despachos y salas se pueden alquilar para convenciones, bodas u otros eventos.
Para poder visitarlo es necesario pasar un prolongado control, dejando el DNI o pasaporte a la entrada. La visita es guiada, en rumano, inglés o francés. Los vestíbulos, las escaleras etc son inmensas. Y no cabe duda que a pesar de todo lo contado anteriormente el edificio posee un atractivo inegable tanto por su grandiosidad, como por su riqueza decorativa, atemperada por la monumentalidad de los volúmenes. Se observa que se emplearon sólo los materiales más nobles, lámparas enormes, mármoles nacionales, inmesas alfombras y cortinas realizadas en los monasterios de Bucovina.
Sin lugar a duda una visita interesante, distinta e histórica por los acontecimientos que rodearon el edificio.
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